Aunque no recuerde nada, al ver esta foto me siento querida

Foto rescatada del primer año de Malena.

¿Qué tan buena es tu memoria? ¿Podrías coger una foto de tu primer cumpleaños y decir de un vistazo cómo fue ese día? ¿O tendrías que buscar pistas en los detalles de la foto?

No tengo fotos de mi infancia en la playa. Es curioso, nunca me había dado cuenta de aquello. El único viejo álbum que aún conservo en mi casa es uno que armó mi madre. De ahí fue que rescaté esta foto que recuerdo haber visto tantas veces. También caigo en cuenta de que no tengo muchas fotos de mis cumpleaños siendo niña. Esta es especial. Estoy flanqueada por dos mujeres importantes en mi vida: mi madre y mi abuela. La primera me dio la vida y la segunda me crio. Ambas me dieron su nombre. Mi abuela María y mi madre Elena.

Veo el borde de la foto y este me hace saber que cumplía un año. Estoy en la misma casa que habito ahora con mi propia familia. En aquel entonces era la casa de mis padres y vivimos ahí hasta que yo cumplí cuatro, hasta que mi mamá nos dejó. Mi abuela tiene uno de aquellos peinados elevados que hacen juego con sus lentes gatúbelos de lunas verdes. Mi madre viste una chompa rosada con flores blancas que, hasta hace no mucho, aún conservaba dentro de mis cajones. Me deshice de ella cuando finalmente me di cuenta de que la guardaba en vano, pensando que algún día bajaría de peso para ponérmela otra vez.

«Estoy flanqueada por dos mujeres importantes en mi vida: mi madre y mi abuela. La primera me dio la vida y la segunda me crio. Ambas me dieron su nombre».

Reconozco los cuadros de la pared. Cuando nos mudamos a la casa de mi abuela, varios de ellos nos acompañaron. Me atrevería a decir que son aquellos de corcho, tallados a mano con un detalle increíble, los que solo los artistas chinos son capaces de crear. En la foto reconozco a varios de mis primos. Con la gran mayoría, hoy de adultos, no nos frecuentamos.

La mesa está llena de bocaditos. Distingo la típica gelatina de fresa en vasito, los sanguchitos salpicados y una gran torta. Cuando vi la fecha en que fue tomada la foto, entrecerré mis ojos y logré ver que había una vela encendida, cosa que me confirmó que efectivamente cumplía un año. Ya estaban ahí todos de pie, a punto de cantarme el clásico «Happy Birthday». Lo bonito de la foto es que no fue posada, fue espontánea, supongo tomada por mi padre. Todos estamos mirando a todos lados y a ninguno en particular. Los globos pegados a la pared le dan el carácter festivo al ambiente. Qué sencillo y simple se ve todo comparado con los cumpleaños de hoy en día. Aunque no recuerde nada, al ver esta foto me siento querida.


Autora: Malena Lau.

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