Escriba para sus contemporáneos, no para la posteridad. Si tiene suerte, sus contemporáneos se convertirán en la posteridad.
El signo de un gran cuento me lo da eso que podríamos llamar su autarquía, el hecho de que el relato se ha desprendido del autor como una pompa de jabón de la pipa de yeso.
Evitar la vanidad, la modestia, la pederastia, la ausencia de pederastia, el suicidio.
Termina lo que estás escribiendo. Sea lo que sea lo que tengas que hacer para terminarlo, termínalo.
Lo mejor es escribir los cuentos de tres en tres, o de cinco en cinco. Si te ves con energía suficiente, escríbelos de nueve en nueve o de quince en quince.
Joaquín De La Flor tiene quince años y empezó a escribir por hobby. Aunque al inicio solo escribía historias, ahora escribe también poemas. Le gusta escribir desde que tiene nueve años. Según nos dice, seguirá haciéndolo por muchos años más. No hay duda de que la tiene clarísima. Durante el taller Como Me Da La Gana, […]
Lo que puedas decir con cien palabras dilo con cien palabras; lo que con una, con una. No emplees nunca el término medio; así, jamás escribas nada con cincuenta palabras.
Calla: la palabra mata el instinto creador.
Nunca dejes de escribir. Nunca dejes de pensar en historias. Nunca fantasees con lo que vas a ganar o a perder escribiendo. Ese no es el problema. No hay problema. Escribe todo el tiempo, aún cuando no estés frente a un papel o una pantalla.
Recuerda (este mandamiento es el último, pero debería ser el primero) no hacer caso jamás de ningún decálogo.
- 1
- 2