Me encontraba en un dilema: escribirle o no. Una parte de mí moría por hablarle y decirle lo mucho que lo extrañaba y me hacía falta, mientras que otra parte sabía que humillarme de esa manera no era correcto. Habíamos terminado, sí, pero no por mi culpa. Yo no hice lo que él hizo, ni le di motivos para que dudara de mi confianza. En conclusión, quien la había cagado era él […]