Mi idiota interior

¿Te has preguntado cómo sería tu vida si dejaras que tu idiota interior tome decisiones por ti? Leslie lo ha hecho y nos comparte sus reflexiones.

A mi idiota interior le llega absolutamente todo. Está harta de trabajar, de menstruar todos los meses y de tener que actuar con modales de “mujercita”.

Mi idiota interior desearía ser nómade por siempre. Comer en los “agachaditos” de todo el mundo y ganarse la vida haciendo malabares o pulseritas. Tener muchos tatuajes en el cuerpo; dormir en las calles entre cemento y colchas viejas; almorzar en los mercados y cenar salchipapa de tres soles con bastante mayonesa y kétchup. No pensar para nada en vida saludable ni en hacer yoga. Mucho menos en un mañana. Vivir sin conductas claras ni ganas de superación física y emocional. Tomar Coca Cola de desayuno como acto de amor propio.

Mi idiota interior piensa que es una estupidez total la política y esas cosas que día a día se consumen en las noticias. Está cansada de saber que si Pepito se murió, que si el mundo se va al carajo, que si la contaminación, etc. Está cansada de verlo porque sencillamente no puede cambiarlo y eso la frustra.

A mi idiota interior le gustaría ver un mundo perfecto, lleno de alegría y gente feliz, sin muertos que mencionar ni memorias tristes que recordar. También sueña con abrir Facebook y ya no ver historias de perros maltratados y abandonados… Perros muriendo de frío.

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«¡Ya llegó la menstruación!»

Como buena idiota, mi idiota quiere aceptar errores o idioteces realizadas. ¡Vaya que he tenido momentos donde he actuado más idiota que lo de costumbre! Como aquella vez que creí que un hombre «X» me querría si cariño le daba: besos, abrazos, compañía… Pero «Ah, nos estamos conociendo» o «Solo podemos ser amigos porque se rompería la amistad» o «Eres perfecta, pero no estoy preparado para una relación» y una larga lista de excusas tontas. Me sorprendo lo idiota que fui por creerlas. Por fortuna, y para orgullo de mi idiota interior, evolucioné y aprendí a no caer en esas frases seductoras, pero sin fundamentos del «Hay que conocernos entre sábanas». No. Hoy solo se toma café, y si quiere un paseo en la cama tendrá que apechugar y tomar en serio el paquete completo. Vaya que sí.

Siguiendo con la ruta de la idiota, también puedo decir que le llega ese maldito virus. Lo digo desde el hígado, fuerte y claro: odio al cochino virus y sí, me cago de miedo de vez en cuando. ¡Ay! ¡Qué liberador escribirlo!

Bueno, ya me pasé de las 600 palabras. ¡Vaya que mi idiota tiene labia!


<strong>Leslie Rojas</strong>
Leslie Rojas

Admiradora del cielo, la luna, las estrellas y la naturaleza entera. Tiene tres mascotas: Perseo, Leono y Cleopatra, a quienes agradece por agrandar su corazón. Le gusta viajar, comer, bailar, escuchar música y ver películas de acción. En los últimos años ha redescubierto su pasión por escribir. De adolescente escribía en un diario y de muy pequeña en las paredes. Escribir la conecta con su esencia. “Me ayuda, me libera, me sana”. Ha llevado el taller #CreaTuBlog.

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