Tilsa Otta es poeta, novelista y artista audiovisual. La mística y la cultura millenial son unos de los cimientos principales de su obra. El título de su primera novela, publicada este año, «Lxs niñxs de oro de la alquimia sexual», así lo demuestra. Ahora, de la mano de su ‘yo escritora’, responde al test Machucabotones y nos permite conocerla un poquito.
¿Para qué escribir en estos tiempos?
“Hay que inyectarse cada día de fantasía para no morir de realidad”, dijo Ray Bradbury. Beyond fantasy, escribir es encontrarle un sentido (común) a este caos. En estos tiempos, más que nunca, escribimos todxs para no estar encerradxs.
¿Cuándo a mano y cuándo en el teclado?
Tomo velozmente el instrumento que esté más cerca para no dejar escapar la idea o, más bien, liberarla.
Un escritor es un circuito de corriente alterna. Una escritora es un circuito mágico de agua.
Un escritor no es una escritora. Una escritora no es una gran nube llamada Héctor.
«Tomo velozmente el instrumento que esté más cerca para no dejar escapar la idea o, más bien, liberarla».
¿Inspiración o disciplina?
Me disciplina la inspiración, soy feliz sumisa de mis ideas. Como trabajadora de la imaginación estoy siempre operando en el plano poético, aún en circunstancias donde la realidad parece primar.
¿Dónde sueles escribir?
En mi habitación, con una gran vista.
¿Qué conservas de tu ‘yo niña’?
A mi muñeca Alejandra, la cicatriz ahora tenue en la frente, mi familia, la risa, la certeza de que algún día lograré volar.
¿Verso o prosa?
Disfruto las posibilidades musicales del verso y su capacidad de provocar un micro suspenso escalonado de sentido. Cómo dibuja una silueta sobre el papel, una sombra de perfil, el poema. Cómo marca una respiración, un caminar, el cauce de un río.
¿Qué te gusta de tu ‘yo escritora’?
(Es la ‘yo escritora’ quien está respondiendo).
¿Si mañana todo se termina?
Sería increíble saber de qué modo termina, estaría atenta a los detalles, abierta a cualquier transmutación.