Tenía tres años. Era el último día que iba al jardín. Según me cuentan mis padres, ese mismo día me enteré que dejaba de ser hija única para convertirme en hermana mayor. Inmediatamente, toda posibilidad de separarme de mis viejos, aunque solo sea por unas horas para ir a cantar y aprender italiano, para jugar con mis amiguitos y ver a mi maestra que tanto quería, quedó anulada. […]