De las bellas ilusiones cuando empieza el enamoramiento no quedaba ni rastro

Hay veces en las que, en medio de una discusión, la emoción nos gana y decimos cosas de las que luego nos arrepentimos. ¿Te ha sucedido? —Buenos días, pa. —Buenos días. Una voz cansada, sin brillo. Desorientado en su propia casa sin sentirla como suya, ni a sus hijos, ni a su esposa. Su mente […]

A pesar de su corta edad, da luces de explosivas reacciones dignas de una mujer adulta

Mi hija de seis años ha heredado el carácter de su madre. A veces, a pesar de su corta edad, da luces de explosivas reacciones dignas de una mujer adulta. Hace unos meses la inscribimos a clase de marinera, más por resultados estéticos que por interés artístico. Según mi hermana, aquel baile tan exigente para […]

Éramos demasiado jóvenes para entender que todo el desenfreno que vivimos el primer año no iba a durar para siempre

I Después de tantos meses de soledad e introspección, de sentir su ausencia a flor de piel, al fin pude volver a tocar sus ásperas manos, sus ardientes mejillas y su cabello rígido por el gel. Hacía 375 días que no me paraba frente a sus ojos color café ni olía el aroma frutal que […]

Pude haber recibido un baño calientito dentro, o ser cocinada por caníbales

Aún recuerdo a mi bisabuela Felicia y a Zenobia, la mujer que me cuidaba, rechonchita y reilete, de cabellos negros que parecían rizados con fuego, convocando a todos los pobladores de la cocina para la faena de una mañana. Seleccionaban tomates, los lavaban, les quitaban sus penachos y los metían al ollón. Colocaban en el patio de la ladrillera dos enormes peroles: uno lleno de tomates y el otro con frascos de vidrio que hervían lentamente para esterilizarlos. […]

«Es fácil mentirse a uno mismo, pero difícil mentirle al corazón»

A los veintitrés años conocí a Alma. Fue un viernes de invierno por la noche. Yo regresaba del malecón, caminando por la plaza de ciudad Sueño. Mi reloj marcaba las diez de la noche y la plaza se encontraba solitaria, callada, tranquila. Éramos mi sombra y yo, y hasta ese momento nada me hacía presagiar que aquella era una calma que precedía a la tempestad. No supe el porqué, pero mi corazón latía muy fuerte. No era un dolor clínico; era una sensación de ansiedad, de desesperación. ¿Era el destino llamándome? ¿Era por ella? […]

«La muerte se me hizo lejana, tanto como la idea de no volver a verla»

Esa mañana, mientras esperaba en la puerta de emergencias, recordé que hablé con ella dos días atrás. Yo había llegado tarde de la universidad y la había encontrado en su cuarto acostada en la cama, viendo una película de terror que tanto le gustaba. Me acerqué y le pregunté si podía acostarme a su lado. Con un gesto, moviendo su dedo índice de arriba abajo, me dijo que sí. Me hizo un campito en su cama, puso su brazo debajo de mi cabeza y la suya sobre el mío. Me preguntó cómo me había ido en la universidad. Le comenté que posiblemente iba a reservar dos cursos porque se me cruzaba con el trabajo, pero que los iba a llevar en el verano. […]

«El amor hiere y muchas veces te hace perder a quienes quieres»

Un día, cuando tenía diez años, un niño nuevo en el barrio tocó a mi puerta para pedir la pelota de mi hermano. Era usual que mi hermano saliera a jugar con los chicos del vecindario y, si no salía, que les prestara la pelota. Este chico se llamaba Javi. Era flaco y de tez morena. Viéndolo parado en la puerta de mi casa me pareció tímido y nervioso. Detrás de él, los chicos del barrio esperaban ansiosos la respuesta. Querían darle comienzo a la pichanguita. Lo observé detenidamente y, con cierto desdén, le contesté «No te la puedo prestar, la pelota no es mía», para inmediatamente cerrar la puerta con fuerza. […]

«Es curioso cómo, un simple aroma, puede transportarme a quince años atrás»

Mi abuela, mi segunda madre, aquella persona que ayudó en mi crianza y que dejó una marca imposible de borrar en mi vida. Se llamaba Victoria, pero yo le decía “Voyita”. No es un apodo que yo le haya puesto. Recuerdo que cuando tuve la edad suficiente para hablar y llamarla por su nombre, me dijeron que era ese. Años después, ya por pura curiosidad, le pregunté a mi madre por qué le decíamos así. No entendía cómo aquel apodo podía salir del nombre Victoria. Mi madre me explicó que la primera nieta de mi abuela se lo puso. No había sabido pronunciar su nombre y le salió aquel apodo, apodo que quedó marcado pues cada nuevo integrante de la familia aprendía que debía llamarla así. […]

«Yo grito para llamarte la atención; y tú, para llamar nuestra atención»

A los dos años y medio escuchaste la primera de tus canciones favoritas. Un grupo indie llamado Foster the People te hacía mover la cabeza de arriba abajo y de lado a lado, llevando el ritmo como poseído y en trance. No podías entender lo que decían, ni repetir lo que escuchabas. Luego llegarían otros grupos cuyas canciones a mí me vacilaban. Rock, pop, indie, electropop… el repertorio completo de Doble 9. En los veranos llevábamos tu CD de música alternativa para pasársela al disyóquey de la chicoteca. Mientras los demás niños pedían los hits del momento, nosotros bailábamos al son de Empire of the Sun, Ylvis, Iconica y Sweedish House Mafia. […]

El Beto fue siempre mi personaje importante en la distancia

Desde muy pequeña he creído, fervientemente, en la validez de las promesas que hacemos en voz alta. Mi madre me enseñó a no prometer jamás si no estoy segura de cumplir con mi palabra, a no faltarle el respeto nunca a quien espera con ilusión que la cumpla. Si ella prometía que me llevaría a la fiesta de alguna amiguita al caer la tarde, llegaba corriendo a casa con el regalo perfecto para llevarme a tiempo, aunque estuviera agotada de su día, aunque le costara la vida cumplir conmigo. Nunca lo ha dicho, pero yo podría apostar que esa maravillosa herencia viene de su padre, mi abuelo. […]

0
    Tu Carrito
    Tu carrito está vacíoVolver a la tienda

    Esta página web utiliza cookies para asegurar una mejor experiencia.