Estaciono. Apago el motor. Trato de salir del auto, pero las piernas me tiemblan. “Necesito un trago” pienso. Alzo la vista y aparece ante mí, como si de una enorme ola se tratase, ese edificio ancho y despintado, de pocos amigos, luces pálidas y almas deambulando. Los fantasmas que asoman por sus ventanas me miran. […]